
JACOBO Y FAMILIA:
Con el Adviento inicia un uevo año litúrgico, el Papa Benedicto explica de manera muy hermosa lo que esto significa:
"Con este primer domingo de Adviento comienza un nuevo año litúrgico: el Pueblo de Dios se vuelve a poner en camino para vivir el misterio de Cristo en la historia. Cristo es el mismo de ayer, de hoy de siempre (Cf. Hebreos 13, 8); la historia sin embargo cambia y necesita ser constantemente evangelizada; necesita ser renovada en su interior y la única verdadera novedad es Cristo: Él es su pleno cumplimiento, el futuro luminoso del hombre y del mundo. Resucitado de entre los muertos, Jesús es el Señor a quien Dios someterá todos los enemigos, incluida la misma muerte (Cf. 1 Corintios 15, 25-28). El Adviento es, por tanto, el tiempo propicio para despertar en nuestros corazones la espera de «Aquel que es, que era y que va a venir» (Apocalipsis 1, 8). El Hijo de Dios ya vino a Belén hace veinte siglos, viene en cada momento al alma y a la comunidad que están dispuestos a recibirlo, vendrá de nuevo al final de los tiempos para «juzgar a vivos y muertos». Por este motivo, el creyente siempre está vigilando, animado por la íntima esperanza de encontrar al Señor, como dice el Salmo: «Espero en el Señor, mi alma espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor más que los centinelas la aurora» (Salmo 129 [130], 5-6).
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